Importancia del tratamiento de las cicatrices del parto: episiotomía, cesárea y desgarro
Tras el parto, en las episiotomías y cesáreas la cicatrización puede provocar adherencias, fibrosis o retracción de los tejidos, provocando molestias e incluso dolor.
Las adherencias se producen durante la regeneración de los tejidos, de modo que éstos se pegan entre sí, y como consecuencia ocurre una pérdida de elasticidad y movilidad, que además puede provocar dolor a distancia (en otras zonas del cuerpo) que la mujer no es capaz de relacionar con la cicatriz, porque por fuera tiene buen aspecto y está curada.
¿Qué molestias pueden aparecer con las cicatrices posparto?
Estas molestias pueden ser: dolor lumbar, molestias respiratorias y posturales, dolor digestivo o ginecológico, como dolor de regla que antes no se padecía o dolor en el coito.
Estas molestias ocasionadas por la cicatriz pueden tratarse con una atención adecuada mediante fisioterapia uroginecológica, tanto en las cicatrices por episiotomía y cesárea, como en el desgarro, en el que también pueden verse afectados los músculos del periné.
Es importante tratar las cicatrices del parto una vez estén curadas, incluso cuando no hay molestias, para dar elasticidad y movimiento a los tejidos y prevenir la retracción (que la cicatriz se contraiga o se encoja).
Por ello, es fundamental acudir a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico que realizará una valoración funcional postparto completa y establecerá un tratamiento específico para cuidarte en consulta y en casa.